martes, 6 de octubre de 2015

Por qué Peter Pan no quiso crecer.

James Mathew Barrie nació el 9 de mayo de 1860 en Escocia y fue el segundo de diez hermanos. Pertenecía a una familia adinerada, por lo que obtuvo una exquisita educación. A los seis años de edad un trágico suceso marcaría el resto de su vida: su hermano mayor, David, moría en un accidente de patinaje con 14 años. Su madre nunca superó esta muerte y pasó años postrada en la cama, echando de menos a su hijo mayor pero desatendiendo al resto de su prole. En ocasiones, Barrie entraba en la habitación de su madre y ésta decía: "David, ¿eres tú? ¿es posible que seas tú?"; y al darse cuenta de que no se trataba de David sino de James, decía: "ah, eres tú". Barrie llegó a la conclusión de que si nunca crecía, nunca tendría la oportunidad de defraudar a su madre, así que adoptó la personalidad de su hermano, vistiendo sus ropas y silbando como lo solía hacer David. Y dejó de crecer físicamente, ya que, siendo adulto, apenas superaba el metro y medio. Esto es debido a que el fuerte estrés que sufrió Barrie disminuyó su nivel de hormonas del crecimiento. Se pasó la vida queriendo recuperar los años de su primera infancia, anhelo que más tarde estaría representado por la figura de Peter Pan.
La vida de Barrie cambia cuando se traslada a vivir a Londres y allí entabla buena amistad con Arthur Conan Doyle, Robert Louis Stevenson y Thomas Hardy. Se casó en 1894 con la actriz Mary Ansell, aunque acabaron divorciándose, ya que es posible que el matrimonio ni siquiera se llegara a consumar, porque Barrie buscaba más una madre que una pareja.
En 1904 se representa por primera vez en el teatro su obra más célebre, "Peter Pan", apareciendo en 1911 como novela bajo el título de "Peter and Wendy". La obra es una contraposición de la férrea moral victoriana con el País de Nunca Jamás, dónde la moralidad es más ambigua. En la obra, Barrie plasma todo su mundo interior, como el miedo a hacerse adulto, representado por Peter Pan y los Niños Perdidos. El antagonista de Peter Pan es el Capitán Garfio, un pirata que odia, pero a su vez envidia a Peter Pan, ya que vive obsesionado con el paso del tiempo y con la imposibilidad de detenerlo. También la obra plasma dos tipos de mujeres totalmente diferentes: por un lado está Wendy, que representa a la mujer maternal, protectora, dispuesta a sacrificar su libertad y sus prioridades por el amor de Peter; mientras que Campanilla es la perfecta compañera, también anhela el amor de Peter Pan, pero es independiente e, incluso, desafiante con éste.
Arthur Llewelyn Davies con sus hijos.
Barrie se inspiró en una familia real para crear a Peter Pan y sus Niños Perdidos, la familia Llewelyn Davies. El autor entró en contacto con la familia en el año 1898 a través de su niñera, Mary Hodgson, en los jardines de Kensington, así que conoció antes a los niños George, Jack, Peter, Michael y Nicholas, que a los padres Arthur y Sylvia. Nació entre ellos una gran amistad y Barrie cogió especial cariño a George y Michael, aunque no hay ninguna sospecha de que tuviesen ningún tipo de relación oscura, a Barrie le gustaba su compañía, pero no hay ningún atisbo de pederastia ni nada parecido. Al morir los padres, Barrie se hizo cargo de los niños, manteniendo el contacto con ellos hasta la muerte del escritor, en 1937.
Se dice que esta familia sufrió lo que se llamó como "la maldición de Peter Pan", ya que vivieron sucesos bastante desgraciados. Los padres murieron a una temprana edad, ambos de cáncer, Arthur en 1907 y Sylvia en 1910. George, el mayor de los hermanos, murió en la Primera Guerra Mundial a los 21 años, en el año 1915. Michael murió en 1921 ahogado en las piscinas de Sandford Lasher junto a su pareja Rupert Errol, con el que había hecho un pacto suicida. Por otro lado, Peter terminó aborreciendo todo lo que tuviera que ver con Peter Pan y se tiró a las vías del metro en 1960. Para su desgracia, los periódicos informaron de su muerte refiriéndose a él como Peter Pan. Así que los únicos que se libraron de esta supuesta maldición fueron Jack y Nicholas, muriendo el primero en 1959 y el segundo en 1980.
Por último, dar las gracias a Virginia, futura experta en psicobiología, que me ha informado de cómo le afectó a Barrie la muerte de su hermano y la posterior relación con su madre.

Con faldas y a lo loco

"Con faldas y a lo loco" es una película de 1959 dirigida por Billy Wilder e interpretada por Tony Curtis, Jack Lemmon y Marilyn Monroe, que narra cómo dos músicos se ven obligados a vestirse de mujer y a entrar en una orquesta femenina para huir de unos gánsters,
Ante todo un consejo, nunca pretendáis aprender inglés con las traducciones de los títulos de las películas, ya que, evidentemente, el título original, "Some like it hot" no significa "Con faldas y a lo loco", ni "Una Eva y dos Adanes", como se llamó en Hispanoamérica. En España se puso este título para aprovechar el tirón que tenía la canción de moda de la época, que se llamaba "A lo loco" que, si no conocéis la original, a lo mejor sí conocéis la versión que grabó Celia Cruz con Jarabe de Palo y que se incluyó en "El milagro de P. Tinto". Aunque peor fue el caso de Italia, dónde usaron la última frase del film para titular la película, es decir, es uno de esos títulos "destripafinales". En honor a la verdad, hay que decir que la traducción al español es un poco complicada, ya que "Some like it hot" se podría traducir como "A algunos les gusta caliente". Para los malpensados diré que el título original se refiere a la música jazz y no a Marilyn Monroe.
La película fue considerada la más divertida de la historia en el año 2.000 y la verdad es que es una comedia redonda a la que no creo que se la pueda poner ninguna pega, lo que no hace sospechar al espectador que el rodaje en realidad fue un auténtico infierno, especialmente para Billy Wilder y Tony Curtis a causa de Marilyn Monroe.
En un principio la película iba a ser en color, pero finalmente se decidió rodar en blanco y negro para que los maquillajes de Lemmon y Curtis no quedasen tan grotescos. Cuando Monroe se enteró se enfadó mucho y amenazó con abandonar el proyecto, pero después de mucho insistir, Wilder consiguió convencerla. Y es que Billy Wilder la conocía muy bien, ya que la había dirigido en "La tentación vive arriba" (1955) y, tras ese rodaje, Wilder se había jurado no volver a trabajar con Marilyn Monroe, pero sí, el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra.
Monroe tenía grandes dotes para la comedia, pero una falta absoluta de disciplina, ya que solía llegar todos los días un mínimo de dos horas tarde al rodaje. Sobre este tema, Wilder dijo: "Antes quedabas con ella a las nueve y llegaba a las once, ahora la llamas en mayo y aparece en octubre. Una vez le recriminé su tardanza y se excusó diciendo que se había perdido de camino al estudio... ¡siete años viniendo al estudio y se pierde por el camino! Al principio estaba enfadado porque pensé que no me decía la verdad, luego fue peor cuando supe que me estaba diciendo la verdad". Aunque, para ser justos, también decía de ella que su talento era espectacular.
Una de las exigencias de Monroe era que su profesora de interpretación, Paula Strasberg (esposa de Lee Strasberg, fundador del Actor's Studio y mentor de los actores del método en Estados Unidos), estuviera presente en todas sus escenas. Al acabar cada escena, Monroe se dirigía a ella y le preguntaba: "Paula,¿lo he hecho bien?". Billy Wilder acabó muy harto de esa situación y, un día, al acabar Monroe una escena, el director, imitando la voz de la actriz dijo: "Paula, ¿lo ha hecho bien?". Esto desembocó en un enfado monumental de Strasberg, que se negó a acudir más al rodaje, y de Monroe, que estuvo a punto de abandonar la película.
Los problemas de Toni Curtis con Marilyn Monroe estaban más relacionados con los problemas que tenía la actriz para memorizar el guión. De ella decía Curtis que: "era una mujer con el cuerpo de una diosa y con el cerebro de un niño de cuatro años", o que "besar a Marilyn Monroe era peor que besar a Hitler". Quizá es comprensible cierta inquina hacia Monroe, teniendo en cuenta que una escena en la que tenía que decir: "¿Dónde está el bourbon?" se tuvo que repetir 59 veces, y otra en la que decía: "Soy yo, Sugar" se tuvo que repetir 47. También tuvieron que repetir más de una docena de veces un beso entre Curtis y Monroe y antes de besar a la actriz, Toni Curtis tenía que comer un poco de pollo, así que, tras el rodaje parece ser que Curtis estuvo una buena temporada sin comer pollo, porque ya lo aborrecía, y supongo que por eso también llegó a la conclusión de que hubiera sido mejor besar a Hitler.
También Orry Kelly, el encargado del vestuario de la película, tuvo el honor de enfadar a Marilyn Monroe. Un día fue a su camerino a tomarle medidas y le comentó que Toni Curtis tenía mejor culo que ella, algo que no sentó nada bien a la actriz, que se desabrochó la camisa y le preguntó a Kelly que si también las tetas de Toni Curtis eran mejores que las suyas.
Además de las anécdotas protagonizadas por Monroe, hay otras curiosidades. Por ejemplo, Lemmon y Curtis no eran las primeras opciones para interpretar estos papeles. El papel de Lemmon le fue ofrecido a Jerry Lewis que lo rechazó, ya que no quería que el público le considerase un travesti. Decía Lewis que, cada vez que llegaba la fecha del aniversario del estreno de la película, Jack Lemmon le mandaba una caja de bombones. A Anthony Perkins le ofrecieron el papel de Toni Curtis, pero también lo rechazó.
Dicen que antes de empezar el rodaje, Jack Lemmon y Toni Curtis se pasaron varios días paseándose por los pasillos de la Metro vestidos de mujer, para ver si resultaban convincentes. Y el resultado fue bastante bueno, ya que nadie les dijo nada, ni siquiera cuando se metían en los aseos femeninos. Aunque Toni Curtis tuvo que ser doblado por Paul Frees cada vez que le tocaba hacer de su alter ego femenino, ya que era incapaz de mantener una voz femenina en tono alto.
Por otro lado, George Raft, uno de los tipos duros de Hollywood, famoso por sus papeles de gánster, se pasó gran parte del rodaje enseñando a bailar el tango a Jack Lemmon y a Joe E. Brown, que interpretaba al hombre que se enamora del lado femenino de Lemmon.
La película cuenta con uno de los finales más célebres de la historia del cine, pero parece ser que la última frase era una frase de usar y tirar. que la metieron en el guión hasta que se les ocurriera algo mejor... algo que, por fortuna, no sucedió. Así que recomiendo a quien ya la haya visto que la vuelva a disfrutar y a quien no la haya visto, que haga el esfuerzo, que no se arrepentirá.

Los agotes, viviendo en la marginación

Supongo que hay mucha gente que se indigna, y con razón, cuando oye hablar, por ejemplo, del trato que le dieron los nazis a los judíos cuando llegaron al poder en Alemania. Lo que quizá mucha gente no sepa es que, durante ocho siglos, en España también hubo una discriminación tremenda contra un pequeño grupo social, conocido como los agotes.
Los agotes vivían principalmente en los valles de Baztán y Roncal (Navarra), pero también en Euskadi, el País Vasco francés y en la zona de Jaca (Huesca). Los primeros testimonios escritos sobre ellos datan del siglo XII, aunque tampoco se sabe con total seguridad cuándo se establecieron en esas tierras. No pertenecían a ninguna raza diferente ni practicaban una religión distinta, es más, parece ser que eran cristianos muy devotos, así que no está claro el origen de su marginación. Tampoco está claro de dónde venían los agotes: para algunos autores, eran descendientes de los godos, ya que tenían unos rasgos físicos propios del centro y norte de Europa; otros autores afirman que eran descendientes de criminales franceses que estaban huyendo de la justicia; mientras que para otros, los agotes descienden de los Cátaros y se establecieron en el norte de España y sur de Francia porque huían del rey galo y del Papa por su disidencia religiosa, lo que podría haber provocado el odio de los vecinos del lugar.
De ellos se dijo de todo: que descendían de paganos celtas o herejes, que eran homosexuales, hechiceros, que hacían pactos con el diablo, que practicaban la zoofilia, que olían mal e, incluso, que tenían rabo. Pero probablemente la acusación más grave y la que más les limitó en su convivencia fue que se creía de ellos que contagiaban la lepra, así que los agotes tenían que ir tocando una campanilla cada vez que pasaban por algún lugar, para alertar a los vecinos de su presencia y que les diera tiempo a apartarse de su camino.
También eran obligados a llevar una seña identificativa en sus ropas, que solía ser una pata de oca o una huella de gato de color rojo. Se les prohíbe casarse con la población no agote, lo que les condena a una endogamia que alimenta aún más su marginación. Tenían que vivir fuera de los núcleos habitados, ya que no podían mezclarse con la población autóctona. Tampoco podían participar de las fiestas o de los bailes., cualquier celebración tenía que realizarse exclusivamente dónde ellos viviesen. No podían portar armas bajo ningún concepto, ni aún en caso de guerra. No podían cultivar la tierra, ni criar ganado, ni andar descalzos, ya que se consideraba que todo lo que tocaban lo contaminaban. Así que se dedicaron a la carpintería, a la construcción y también eran canteros y sepultureros, ya que se pensaba que a través de los materiales no podrían contagiar nada.
Evidentemente, a partir de la Edad Media, la palabra agote se convirtió en uno de los insultos más ofensivos que alguien le podría decir a otro. En las universidades, hasta el siglo XIX, se exigía un certificado de limpieza de sangre para conseguir el ingreso, en el que debía constar que el futuro alumno no era musulmán, ni judío, ni converso, ni agote.
En las iglesias tenían una entrada exclusiva para ellos en uno de los laterales y se tenían que situar en un lugar estrecho debajo del coro, teniendo una barrera que les impedía acercarse a la parte delantera del templo. También tenían una pila bautismal sólo para ellos y sus ofrendas se recogían y se ponían aparte. Se les daba la paz con el portapaz puesto al revés y tapado con un paño. Tampoco podían ser ordenados sacerdotes. Parece ser que con quién sí tuvieron cierto contacto fue con los Templarios, para los que construyeron varias iglesias, ya que, al vivir apartados del resto de habitantes, eran una garantía de discreción para esta orden religiosa.
En el año 1514, los agotes piden y consiguen una bula del Papa León X para que se eliminaran las prohibiciones que tenían que sufrir en las iglesias, aunque, en la práctica, no se llevó a cabo. En 1819, las Cortes de Navarra eliminan las leyes discriminatorias medievales, lo que en teoría favorece a los agotes. Ese mismo año, Juan de Goyeneche, funda en Madrid el pueblo de Nuevo Baztán. al que quiere llevar a los agotes como trabajadores de una fábrica de su propiedad y así apartarles de toda la discriminación que sufren. Algunos fueron con él, pero la mayoría optó por permanecer en su tierra, o fueron y regresaron al poco tiempo.
Gueto de Bozate en Arizcun
A partir de 1819, la vida de los agotes más o menos se normalizó en muchos sitios, pero hay zonas en las que esta discriminación se ha dado hasta bien entrado el siglo XX, como en Arizcun (Navarra), dónde aún hoy existe el barrio de Bozate que, hasta hace relativamente poco, fue un gueto para los agotes.
Según cuentan varios autores, si se quería identificar a un agote a simple vista había que fijarse en sus orejas, ya que no tenían lóbulo y por esto eran considerados una raza inferior. Y los testimonios escritos que describían físicamente a los agotes, decían que tenían el pelo rubio o castaño claro, ojos grandes de color azul o verde y sin lóbulo en la oreja... ¡así que más de uno nos tendremos que plantear nuestros orígenes!

La causa contra el hombre lobo

Así se llamó al juicio que tuvo lugar en Orense a mediados del siglo XIX contra Manuel Blanco Romasanta, acusado de haber dado muerte a, al menos, nueve personas. La verdad es que yo no conocía a este personaje, me habló de él mi amigo Gonzalo, al que le doy las gracias desde aquí, diciéndome que Romasanta era la única persona en España que había sido juzgada por licantropía, lo que es cierto, pero una licantropía clínica, es decir, podría haber sufrido alucinaciones que le hicieran creer que se convertía en lobo. Sea como fuere, Romasanta tiene un lugar privilegiado en la crónica negra española, no sólo por su posible licantropía, sino también por dar origen a mitos que siguen vigentes hoy en día, como el del hombre del saco.
Manuel Blanco Romasanta nació en 1809 en Regueiro (Orense), aunque en su partida de nacimiento ponía Manuela y no es hasta 8 años más tarde cuando aparece como Manuel en un registro parroquial. Esto parece ser que se debe a que Romasanta sufría un pseudohermafroditismo, es decir, que habiendo nacido mujer segregó muchas hormonas masculinas, sufriendo un proceso de masculinización en el que desarrolló algunas características de varón. Este tipo de trastorno hormonal genera unos episodios muy acusados de agresividad, lo que podría explicar sus posteriores crímenes. Por lo demás, no tenía ningún tipo de problema físico, solamente la peculiaridad de medir 137 centímetros.
Trabajó como sastre en su pueblo y, a los 21 años, se casó con Francisca Gómez Vázquez, quien murió tres años después, pero sin que Romasanta tuviera nada que ver con su muerte. Tras la muerte de su esposa deja su oficio de sastre y se dedica a la venta ambulante, recorriendo toda Galicia. Se hizo popular por vender un ungüento del que decían estaba hecho con grasa humana, algo que se tendría en consideración unos años después por las autoridades.
En 1843 es acusado de matar a un alguacil de Ponferrada (León), que iba a embargarle por una deuda de 600 reales que había adquirido con un comerciante de la localidad leonesa. Ya antes había sido sospechoso de matar en Castilla al criado de un prior y a un vendedor. Romasanta se declara en rebeldía y huye, escondiéndose en un pueblo abandonado, dónde convive varios meses con el ganado, trasladándose finalmente al pueblo de Rebordechau, lugar en el que comienzan sus asesinatos, que cometía en los bosques de Redondela y Argostios.
En Rebordechau trabaja como jornalero, aunque viaja frecuentemente a Portugal, ya que también se dedica al contrabando. En 1845 inicia una relación con Manuela García Blanco, una madre soltera, 18 años mayor que él. Manuela se ausenta unos días para vender una casa y ayudar de esta manera económicamente a Romasanta, y éste aprovecha el viaje para matar a su hija Petra. Cuando Manuela vuelve a casa, Romasanta le dice que ha enviado a Petra a trabajar a casa de un cura en Santander y Manuela le pide irse con su hija, a lo que Romasanta accede y, de camino, evidentemente, también la mata a ella.
Las nueve muertes de las que, oficialmente, se acusa a Romasanta, se producen de la misma manera: Romasanta les promete un trabajo en Santander para que prosperen económicamente y en un bosque cercano al pueblo les mata; siendo siempre sus víctimas mujeres y niños. Romasanta mantiene engañadas a las familias, sobre todo, diciéndoles que regularmente escriben cartas diciendo que están bien. A algunos les empieza a extrañar que sólo Romasanta reciba cartas y no las familias y los demás amigos. Pero las sospechas se hacen mayores cuando sorprenden a Romasanta, en más de una ocasión, vendiendo las pertenencias de sus víctimas, por lo que se empezó a correr la voz de que Romasanta era un "sacamantecas".
Angustiado por los rumores, Romasanta huye a Castilla y es detenido en Toledo en 1852, una vez que se comprueba que ninguno de los vecinos desaparecidos de Rebordechau se encuentra en Santander. Es trasladado a Verín dónde comienza la "causa contra el hombre lobo" que dura cerca de un año,
En un principio Romasanta negó incluso su propia identidad, alegando a las autoridades que el pasaporte que portaba se lo había encontrado en un camino. Después negó los asesinatos, pero finalmente afirmó ser víctima de un maleficio que le convertía en lobo y que había matado a 13 personas usando sus manos y sus dientes, para posteriormente comérselas. Finalmente dijo que no era víctima de ninguna maldición, sino de una enfermedad y que recordaba cada uno de sus crímenes. Los cambios de versiones de Romasanta posiblemente se deban a que él intentó ser declarado loco para que le llevasen al manicomio en vez de a la cárcel. Pero el tribunal que lo juzgó llegó a la conclusión de que, ni estaba loco, ni era un débil mental, sino culpable de matar a sus víctimas para, posteriormente vender su grasa; así que fue condenado a morir en el garrote vil, aunque la reina Isabel II intercedió por él y se le permutó la pena capital por una cadena perpetua, ya que tampoco había pruebas concluyentes, únicamente la confesión de Romasanta, pero no se encontró ningún cadáver.
En el año 1863, Romasanta murió en la cárcel de Ceuta por un cáncer de estómago, aunque hay quien dice que Romasanta en realidad escapó de la cárcel y que todas las noches vaga por los bosques buscando nuevas presas...

Concierto de Año Nuevo

El Concierto de Año Nuevo es interpretado todos los años por la Orquesta Filarmónica de Viena en el Musikverein de la misma ciudad. Se toca, sobre todo, música de la familia Strauss y siempre se suele finalizar con "El Danubio azul" y "La marcha Radetzky", excepto en 2005, cuando ésta última no se interpretó por respeto a las víctimas del tsunami que se produjo en el sudeste asiático el año anterior. Se estima que lo siguen unos 1.000 millones de personas en 54 países y es un evento tan popular que las entradas se asignan por sorteo.
El Concierto de Año Nuevo comenzó a interpretarse en el año 1939, para algunos autores la finalidad de dicho concierto era confirmar la identidad austriaca frente a la invasión alemana, mientras que para otros simplemente fue un concierto que celebraba la anexión de Austria a la Alemania de Hitler. Si nos atenemos a los hechos y a los acontecimientos que se produjeron ese año y los siguientes, la segunda tesis estaría más cercana a la verdad que la primera, ya que la Filarmónica de Viena, durante esos años, no tuvo una actitud antihitleriana precisamente.
El creador de dicho concierto fue Clemens Krauss, músico austriaco amigo de Richard Strauss, pero también íntimo amigo de Joseph Goebbles, el jefe de la propaganda nazi. Krauss dejó Austria en 1934 y se fue a Alemania atraído por las doctrinas de Hitler, del que nunca negó su admiración y, al finalizar la guerra, fue investigado por la asociación contra el nazismo y, finalmente, exculpado, no sin antes pasar por un proceso de desnazificación. Fue el director del Concierto de Año Nuevo hasta 1954, año en el que murió.
En el año 1938, los nazis despiden a todos los músicos judíos de la Filarmónica de Viena y de la Ópera Estatal. Once miembros no fueron despedidos, a pesar de estar casados con personas judías, pero fueron estigmatizados y continuamente amenazados por ser considerados semijudíos. Trece músicos activos y tres prejubilados fueron deportados u obligados a huir durante los años que duró el terror nazi. Seis músicos judíos que habían pertenecido a la Filarmónica fueron asesinados en campos de exterminio, otro murió a consecuencia del desahucio de su casa y uno más murió debido a la amenaza de deportación.
Moritz Glattauer era el primer violinista de la Filarmónica y fue deportado con 72 años junto a su esposa Anna al campo de concentración de Theresienstadt en 1942, dónde Glattauer moriría en 1943, mientras que su esposa fue trasladada a Auschwitz, falleciendo en la cámara de gas.
Hugo Burghauser, era el primer fagot y fue obligado a exiliarse de Austria en 1938, siendo separado así de la Filarmónica por "fuga ilegal". Primero fue a Canadá y después a Nueva York, dónde siguió ejerciendo de músico hasta su muerte en 1982.
Paul Fischer, era violinista y fue prejubilado en 1938, siendo anuladas todas sus actividades como músico. Murió en 1942 en un hospital judío de Viena.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, el comportamiento de la Filarmónica tampoco fue ejemplar, ya que no se despidió a ningún músico nazi, llegando a ser éstos más de la mitad de toda la orquesta. Y se produjo un hecho vergonzoso en 1966: Helmut Wobisch, trompetista nazi colaborador de la Gestapo y gerente de la Filarmónica desde 1954 hasta 1968, le concede el Anillo de Honor de la Filarmónica a Baldur von Schirac, líder de las juventudes hitlerianas y gobernador del Reich en Viena, el cual había sido condenado en los juicios de Nuremberg a pasar 20 años en la cárcel de Spandau.
A pesar de este pasado bastante oscuro, el Concierto de Año Nuevo es considerado hoy en día un concierto para la paz, así que con eso nos quedaremos y con la música, que no suele entender de fronteras ni de política.

¡Inocente!

El día 28 de diciembre es el día de los Santos Inocentes, en el que se conmemora la matanza de unos 30 niños, menores de dos años, en Belén, hace algo más de dos mil años. Cuando los Reyes Magos iban a visitar el pesebre dónde había nacido Jesús, pararon antes en el palacio del rey Herodes, el cual les pidió a los Magos que, a su vuelta, volvieran a verle para indicarle dónde se encontraba el tal Jesús, ese que algún día sería rey de Israel; para poder ir a adorarlo él también. Los Reyes Magos tuvieron un sueño en el que un ángel les decía que no le dieran ningún tipo de información a Herodes, así que emprendieron el regreso a casa por un camino diferente. Herodes, desesperado y sin tener las noticias deseadas, ordenó que se matasen a todos los niños menores de dos años nacidos en Belén, con el fin de deshacerse de aquel que había nacido para destronarle.
En España e Hispanoamérica es tradicional celebrar este día gastando bromas a la gente, la más típica y, nunca mejor dicho, la más inocente, es la de pegar una llufa en la espalda de alguien, es decir, el típico monigote de papel. Las llufes son una representación de espíritus etéreos que durante el final del año rondan por todas partes riéndose y atormentando a los más inocentes. En otros países la costumbre es gastarse bromas el 1 de abril, algo que también se hace en Menorca, por ejemplo, por su pasado británico.
Pero a parte de las típicas bromas, en ciertos lugares de España este día se celebra de una manera singular. En Tremp (Lérida) se cuelga una llufa gigante del campanario de la iglesia, en Ibi (Alicante) es el día de los enharinados, es decir, hay una batalla de harina entre cargos públicos y su oposición; en Fraga (Huesca) se lanzan huevos entre las diferentes peñas del pueblo y en Jalance (Valencia) hay aún un vestigio de la "fiesta de los locos", festividad que da origen a nuestro actual día de los Inocentes.
Representación de la Fiesta de los Locos
La "fiesta de los locos" empezó a celebrarse en Francia durante la Edad Media, en un día indeterminado entre Navidad y el día de Reyes. Ese día, en las iglesias y monasterios, entraba un grupo de enmascarados, vestidos de bufones o de mujer, y elegían al "obispo de los locos" o, incluso, al "Papa de los locos" en las iglesias que dependían directamente de la Santa Sede. Estos obispos y papas oficiaban misa y bendecían al pueblo con todos los atributos eclesiásticos de dichas figuras, incluidos la mitra y el báculo. Mientras se oficiaba la misa, los "locos" comían carne en el altar o jugaban a los dados, y al finalizar ésta, corrían, cantaban y bailaban hasta quedarse desnudos. Parece ser que se cometían en estas celebraciones bastantes actos impuros y se decía algún que otro improperio. Esta celebración tenía su origen en una superstición romana, que a su vez la había importado de Grecia, por la que el primer día del año la gente se tenía que disfrazar con pieles de animales, algo que tomaron para sí los cristianos, pero que, con el paso del tiempo, terminó degenerando en la "fiesta de los locos".
Estas celebraciones fueron prohibidas por la Iglesia en el siglo XVI y, para calmar sus excentricidades, se decretó en su lugar el día de los Santos Inocentes. Seáis locos o inocentes, mañana id con cuidado...

!Qué bello es vivir!

Que las televisiones emitan "!Qué bello es vivir!" en época navideña se ha convertido casi en una tradición más. Pero lo cierto es que el camino de esta película no fue nada fácil: tuvo que lidiar con el fracaso cuando se estrenó y hubieron de pasar muchos años hasta que se la consideró un clásico imprescindible.
Fue dirigida por el laureado director Frank Capra y protagonizada por James Stewart y Donna Reed. Tanto para Capra como para Stewart, fue su primer trabajo en el cine tras la Segunda Guerra Mundial, en la que el director había hecho documentales para el gobierno de Estados Unidos, y el actor había participado activamente en la guerra, siendo considerado uno de los mejores pilotos norteamericanos y llegando a ser coronel cuando la guerra finalizó.
El rodaje ya de por sí tuvo varias dificultades, por ejemplo, la historia comenzó siendo la de un político corrupto que se suicida en Nochebuena, pero el guión pasó por once manos diferentes y se fue moldeando hasta convertirse en la película que finalmente se estrenó y cuyo argumento está bastante alejado del argumento original. Además, la película fue un verdadero suplicio para la mayoría de los miembros del equipo, ya que se rodó una película navideña en plena ola de calor veraniega, así que supongo que no tendrían muchas ganas de ponerse abrigos, gorros y guantes. También tuvieron que lidiar con la censura ya que, en esa época existía el "código Hays", muy mojigato, pero a la vez exigente y nadie se lo podía saltar. Así que Hays decidió que en la película había un abrazo y un beso entre Stewart y Reed que duraba más de la cuenta y, por lo tanto, que era demasiado apasionado, así que se tuvo que recortar dicha escena.
Aunque sí hubo algo que se le valoró a la película desde el principio y es que fue el primer film en el que se usó espuma química para simular la nieve. Anteriormente se usaban copos de maíz teñidos de blanco que, evidentemente, hacían mucho ruido al caer, por lo que esas escenas se tenían que doblar después en un estudio de grabación, algo que evitó Capra usando esta nueva técnica. Así que la RKO, el estudio que produjo la película, se llevó un Oscar por este nuevo invento.
"!Qué bello es vivir!" se preestrenó en diciembre de 1946, para poder optar a los premios de la Academia de ese año, y se estrenó al público en 1947. Fue un rotundo fracaso que tuvo varias consecuencias: la RKO tuvo pérdidas de más de medio millón de dólares, algo que le terminó llevando a la quiebra, siendo absorbido poco después por la Paramount; también fue un desastre su paso por los Oscars y, además, la carrera de Frank Capra jamás se pudo recuperar de este revés.
La sociedad norteamericana había cambiado tras la Segunda Guerra Mundial y consideraba el cine de Capra pasado de moda, prefiriendo el cine crudo y realista de "Los mejores años de nuestra vida", la película que eclipsó ese año a "!Qué bello es vivir!", tanto en taquilla, como en crítica y premios. Se pensaba que al cine de Capra le sobraba idealismo y candidez política, así que el director de éxitos rotundos como "Sucedió una noche" o "Arsénico por compasión", dio casi por finiquitada su carrera tras "!Qué bello es vivir!", ya que, desde 1946 hasta 1961, año en el que rodó su última película, sólo hizo 5 films y de escaso valor.
Entonces, ¿cómo uno de los grandes fracasos de la historia del cine se considera hoy en día un auténtico clásico? ¿Por qué se le valora hoy lo que no se le valoró entonces? En esta ocasión la respuesta está en la televisión, ya que "!Qué bello es vivir!" es la película que más veces se ha emitido en la pequeña pantalla porque , a partir de 1974, se pudo emitir gratis en cualquier televisión del mundo. Ese año caducaban los derechos de autor de la película y la Paramount olvidó renovarlos, así que emitir el film se convirtió en la forma más rentable de rellenar un par de horas de televisión. Y de esta manera, la película empezó a tener sus adeptos, sus repercusiones y sus influencias. Por ejemplo, los personajes de Epi y Blas de "Barrio Sésamo" están inspirados en los personajes del taxista y el policía de "!Qué bello es vivir!". En 1987, tal era la importancia que tenía para muchas personas la película, que un juez de Florida impuso la obligación de ver "!Qué bello es vivir!" a un hombre que había matado a su mujer y que después se intentó suicidar, como parte de su condena, para que le diese valor a la vida. Y durante muchos años James Stewart estuvo recibiendo cartas de personas que le aseguraban que, tras ver la película, habían abandonado sus pensamientos suicidas.
En el año 2004, "!Qué bello es vivir!" fue considerada como la mejor película de la historia que no ganó el Oscar. Y ahora, parece ser, que se está barruntando la idea de hacer una segunda parte, que se estrenaría en el año 2015. Así que cruzaremos los dedos para que desistan...

Tregua de Navidad

Se supone que en Navidad a todos nos invade ese espíritu navideño y somos más buenos, aunque, a la hora de la verdad, eso raramente es así. Pero sí hay un caso en la historia en el que el espíritu navideño fue más fuerte que el espíritu de la guerra; me refiero a la Navidad de 1914 en plena Gran Guerra. Fue un hecho insólito, al menos en nuestra era, ya que en la Antigüedad sí había casos de treguas por hechos especiales, como en la antigua Grecia, en la que las guerras se detenían cuando se celebraban los juegos olímpicos.
El inicio de la tregua navideña durante la Primera Guerra Mundial se dio en el frente de Flandes, más concretamente en Ypres, dónde luchaban alemanes y británicos. Después esa tregua se extendió prácticamente por todo el frente, menos a Alsacia, dónde la Legión Extranjera lanzó un ataque sorpresa contra las líneas germanas; y en algunos lugares dicha tregua se extendió hasta Año Nuevo.
Por orden del Kaiser, a los soldados alemanes les enviaron para Nochebuena muchos regalos para levantar la moral de las tropas, entre los que se encontraban abetos, raciones extra de comida o chocolate. Así que los alemanes, al recibir sus regalos, empezaron a decorar los abetos y a cantar "Noche de paz". Las tropas británicas no podían dar crédito al espectáculo que tenían delante, además habían sido alertados por los altos mandos de que los alemanes aprovecharían la Nochebuena para atacarles por sorpresa y tenían orden de estar alerta. Pero al ver que la escena que estaban contemplando nada tenía que ver con las órdenes de sus superiores, los británicos también empezaron a entonar villancicos, así que los soldados alemanes agitaron banderas blancas pidiendo una tregua. Ambos bandos se reunieron en tierra de nadie y empezaron a intercambiarse regalos y a charlar amigablemente. También aprovecharon la ocasión para recuperar cadáveres de soldados caídos recientemente y hacer ceremonias funerarias conjuntas.
El día de Navidad, un soldado escocés sacó un balón, empezando así uno de los partidos de fútbol más célebres de la historia, entre soldados germanos y británicos. Según los alemanes que participaron en el partido, Alemania ganó por tres goles a dos; según los británicos, el resultado es un misterio, ya que nadie se encargaba de contar los goles. Eso sí, el partido terminó de manera precipitada cuando un alto cargo alemán se enteró, suspendiendo así el encuentro y dando por finalizada la tregua de Navidad.
Las repercusiones de esta tregua fueron bastante negativas, ya que los responsables de ambos bandos no querían que se volviera a repetir un hecho similar. Los británicos empezaron a rotar a las tropas para que no se familiarizaran con el enemigo, los alemanes enviaron a los protagonistas de la tregua navideña al frente oriental como castigo y los franceses fusilaron a varios soldados que también participaron de la tregua. Además no querían que esta tregua llegara a la opinión pública, por lo que las informaciones que llegaron a los periódicos fueron censuradas y se confiscaron los negativos de las fotografías que daban testimonio de este hecho insólito.
Incluso en el escenario más terrible aún hay cabida para la dignidad humana. Para muchos, este acto fue el último vestigio que quedó del siglo XIX por el respeto mostrado por ambos bandos.

Papá Navidad

Dentro de pocos días, al menos en algunas casas, recibirán la visita de Papá Noel, por eso he decidido indagar un poco en su origen, para que veáis a quién dejáis entrar en vuestro querido hogar. El origen de esta figura se encuentra, de nuevo, en los ritos paganos de la celebración del solsticio de invierno, más concretamente en el Festival de Sigillaria, en el que los adultos les hacían regalos a los niños. Pero en otras zonas también existían figuras que por estas fechas les hacían regalos a los niños, algunos siguen sobreviviendo al paso del tiempo, como es el caso de la Bruja Befana en Italia o el Olentzero en Euskadi y Navarra. Así que el Cristianismo intentó conglomerar y sustituir todas estas figuras por la única figura de Nicolás de Bari. ¿Por qué Nicolás de Bari y no cualquier otro personaje del santoral? Porque Nicolás de Bari murió el día 6 de enero, así que, dada la cercanía que tenía esta fecha con la Navidad, les pareció una figura adecuada; y también porque hay algunas leyendas que le relacionan con los niños y con los regalos.
Nicolás de Bari nació en torno al año 280 en Licia, la actual Turquía, en el seno de una familia muy acomodada. Cuando tenía 19 años, la peste arrasó esa zona, llevándose por delante muchas vidas, entre otras, las de sus padres. Así que Nicolás ayudó a los enfermos, repartió sus bienes entre los más desfavorecidos y se ordenó sacerdote, llegando a ser, años más tarde, obispo. Se le llama Nicolás de Bari porque sus reliquias se encuentran allí, tras la invasión otomana de la región natal de Nicolás.
Hay una leyenda que asegura que varios niños fueron acuchillados y que Nicolás de Bari rezó por ellos, produciéndose así su curación total e inmediata, por eso es un santo al que se le identifica como un benefactor de la infancia. Otra leyenda cuenta que había un hombre muy pobre que no podía casar a sus tres hijas, ya que no tenía ninguna dote que ofrecer y, en esa época, era condenar a las mujeres a la soltería, algo no muy bien visto en esos años. Así que Nicolás de Bari les regaló a cada una de las hijas sendas bolsas llenas de oro según fueron alcanzando la edad de casarse. Pero lo curioso y lo que nos resultará familiar es cómo entregó Nicolás dichos regalos: entraba a hurtadillas en la casa y ponía las bolsas de oro en los calcetines de las muchachas, que estaban sobre la chimenea secándose.
Así que, en ciertas regiones de Europa, se fue extendiendo la popularidad y la devoción de Nicolás de Bari. En 1624 unos holandeses cruzaron el charco y fundaron la ciudad de Nueva Amsterdam, llevando consigo todas sus costumbres y creencias, como la devoción a su patrón Sinterklaas, que con la pronunciación angloparlante terminó convirtiéndose en Santa Claus. La fama del santo se extendió rápidamente, no sólo entre las personas de origen holandés, sino entre todos los habitantes de la zona. Washington Irving, en el siglo XIX, llegó a afirmar que Santa Claus era el guardián de Nueva York.
Representación de Santa Claus que hizo Thomas Nast en 1863.
En 1863, Thomas Nast hace unas tiras navideñas para la revista "Harper's weekly" y en ellas le dio a Santa Claus la fisionomía que conocemos hoy en día, es decir, dibujó a un señor mayor, bonachón, gordo y barbudo. A finales del siglo XIX, un anuncio de Lomen Company situó el origen de Santa Claus en el Polo Norte y popularizó a sus célebres renos; y en 1902 L. Frank Baum escribió "The life and adventures of Santa Claus". Ambas cosas sirvieron para extender la popularidad de este personaje.
En 1931, Coca-Cola hace un anuncio que tiene como protagonista a Santa Claus y lo viste, evidentemente, con los colores de la compañía: rojo y blanco. Se dice que esta famosa marca de refrescos fue la creadora de las representaciones de Santa Claus tal y como las conocemos hoy pero... no deja de ser una leyenda urbana. Coca-Cola lo único que hizo fue pedirle al dibujante Habdon Sundblom que humanizara un poco más la figura que había representado Thomas Nast en 1863, pero éste último ya había representado a Santa Claus con los colores rojo y blanco. Durante el siglo XIX es cierto que no había una iconografía establecida para representar a Santa Claus y, en ocasiones, se le representó vestido de verde, pero, con anterioridad a 1931, ya había muchas imágenes de Santa Claus vestido de rojo y blanco, como la que apareció en "St NIcholas Magazine" en 1926, basándose en las representaciones antiguas que existían de Nicolás de Bari, en las que también aparecía vestido de rojo y blanco, ya que eran sus colores eclesiásticos.
En el siglo XIX, cuando Nueva Amsterdam pasó a manos inglesas, convirtiéndose así en Nueva York, la figura de Santa Claus llegó a Europa. En la mayoría de los países se le llamó Papá Navidad: Father Christmas, Père Noël, Babbo Natale, etc. Excepto en España y los países hispanoparlantes, en los que se castellanizó la palabra francesa Noël y se le llamó Papá Noel.
Hoy en día, la polémica en torno a su figura se encuentra en torno a lugar de origen ya que, dado que el Polo Norte se encuentra en un lugar inhóspito, justo en medio del Ártico, su procedencia actualmente se la disputan Finlandia, Noruega, Siberia y Groenlandia, aunque es en Finlandia donde podéis visitar la supuesta casa del santo navideño.
En fin, portaos bien estos días si queréis que Papá Navidad os deje algo en el calcetín. Por mi casa no pasará, yo me siento muy monárquica en estas fechas...

Io, Saturnalia!!


Muchas festividades cristianas tienen un origen pagano, la Iglesia asimilaba dichas festividades dándoles un nuevo significado para quitarse de encima celebraciones que no le interesaban y, aprovechando su popularidad, dar también más oficialidad al Cristianismo. Y eso fue lo que pasó con las navidades y la epifanía o día de reyes.
Navidad, en su origen, significa nacimiento y, aunque no se sabe a ciencia cierta cuándo nació Jesús, lo que sí queda bastante claro es que ni por asomo fue en el mes de diciembre, La fecha de su nacimiento se debe aproximar más a la primavera porque parece ser que es la fecha en la que se realizaban los censos en la región de Judea y no hay que olvidar que Jesús nació en Belén porque su familia viajó hasta allí para inscribirse en el censo. Entonces, ¿por qué se elige el mes de diciembre para celebrar su nacimiento? La respuesta está en la celebración de las Saturnales romanas y en las fiestas del solsticio de invierno o nacimiento del Sol celebradas en multitud de culturas.
Las Saturnales romanas son unas celebraciones en honor a Saturno, dios de la agricultura y también es una fiesta del triunfo. Esta fiesta se introdujo en Roma en el año 277 a.c. para dar moral a los ciudadanos tras una derrota militar sufrida ante los cartagineses. Pero, en general, se interpretó más como la fiesta de la finalización de los trabajos del campo, cuando las familias campesinas y los esclavos tenían tiempo para descansar. Se celebraban entre el 17 y el 23 de diciembre, lo que suponía una semana de diversión con mucha comida y mucha bebida. Las fiestas comenzaban con un sacrificio en el templo de Saturno y continuaban con un banquete público, al que estaba invitado todo el mundo. Los romanos adornaban sus casas, las iluminaban con velas y decoraban los árboles... pero los árboles plantados, ya que la costumbre de tener un árbol en casa para celebrar la navidad es posterior. Eran unas fechas en las que se aprovechaba para visitar a la familia, había intercambio de regalos y también se hacían bromas, como se sigue haciendo hoy en día en los santos inocentes. Quizá lo más característico de estas fiestas, aparte de la comida y la bebida, es que se jugaba al mundo al revés y durante una semana los esclavos intercambiaban los papeles con sus amos o los hijos los intercambiaban con sus padres. En cada casa también se tenía que elegir a una persona para que presidiese el banquete y había que acatar todas sus órdenes, por muy descabelladas que fueran.
Justo al acabar las Saturnales, empezaba la celebración del solsticio de invierno, cuando los días empiezan a alargarse y la noche se hace más corta, que en Roma se asociaba con el nacimiento de Mitra, dios solar persa introducido en Europa por los romanos. Pero este tipo de celebración del solsticio de invierno se hacía en muchas regiones, en muchos pueblos bárbaros, como los celtas, o incluso en las culturas precolombinas.
Representación del dios Mitra
Tras la celebración del nacimiento de Mitra se daba paso al festival de Sigillaria, una festividad especialmente dedicada a los niños, en las que éstos recibían muchos regalos.
Pero hay otra fecha que es mágica en nuestra cultura, pero que ya lo era muchos siglos antes, y no es otra que la noche del 5 al 6 de enero, fecha muy celebrada especialmente en Egipto y en Grecia.
En Egipto se celebraba la epifanía de Osiris, que venía precedida por un periodo de duelo por la muerte del dios durante el solsticio de invierno, hasta que reaparecía Osiris y las aguas del Nilo se convertían en vino.
En Grecia, el dios Osiris fue asimilado por Dionisos y el 6 de enero celebraban el culto a este último y la bendición de los ríos. Era una celebración muy especial, sobre todo, en la isla de Andros, donde, en la noche del 5 al 6 de enero, manaba de una fuente un vino milagroso que daba testimonio de la presencia de Dionisos en la isla.
Así que si no os va eso de celebrar estas fiestas muy cristianamente, cometed entonces todos los excesos que podáis aguantar y así las estaréis celebrando al modo romano... incluso el que se atreva puede probar a jugar al mundo al revés!

El robo del siglo

Así denominó la prensa de la época al robo del celebérrimo cuadro de Da Vinci, "La Gioconda", perpetrado en 1911. Lo que tiene de peculiar este robo, además de la facilidad con la que se llevó a cabo, fue que contó con unos famosísimos sospechosos como el poeta surrealista Apollinaire o el pintor cubista Pablo Picasso.
El 21 de agosto de 1911 a las 7 de la mañana, un ex empleado del Museo del Louvre, que en ese momento trabajaba como carpintero, de nombre Vicenzo Peruggia, descolgó "La Gioconda" de su lugar habitual y en la escalera Visconti retiró la tabla del marco, abandonando éste último allí mismo. De esta manera y con toda la tranquilidad del mundo, salió del museo con el cuadro escondido bajo la ropa. Horas más tarde, el pintor Louis Beroud se percata de que el cuadro no está en su sitio y avisa a las autoridades, permaneciendo el museo cerrado durante una semana, debido a las investigaciones policiales.
El 6 de septiembre de 1911 se detiene al escritor Guillaume Apollinaire, sospechoso porque había propuesto la quema del museo, ya que era de la opinión de que allí se "encarcelaba el arte". Pasó tres días detenido y mencionó a su amigo Pablo Picasso por su posible implicación, cuatro años antes, en el robo de unas estatuillas íberas. Así que se detuvo también a Pablo Picasso, el cual confirmó que poseía dos de esas estatuillas, pero que se las había comprado por 50 francos al aventurero belga Honore-Joseph Gery Pieret, al cual también se detuvo. Se demostró que Pieret había robado ciertas piezas del Lovre unos años antes, pero que nada tenía que ver con el robo de "La Gioconda", así que los tres sospechosos fueron puestos en libertad.
Vicenzo Peruggia
El cuadro se recuperó un par de años después en Florencia, cuando Peruggia intentó vendérselo a Alfredo Geri, director de la Galería de los Uffizi, quien llamó a la policía e hizo posible la detención de Peruggia. Éste alegó que robó "La Gioconda" para devolverlo a la patria a la que pertenecía, ignorando, parece ser, que el propio Leonardo Da Vinci le había regalado el cuadro al rey Francisco I cuando éste le hizo pintor de la corte francesa. Durante el juicio, Peruggia volvió a alegar los mismos motivos patrióticos para justificar su robo, añadiendo además que había sido víctima de la xenofobia francesa durante su periplo en París. Esos motivos patrióticos se tuvieron en cuenta y Peruggia fue condenado solamente a un año y quince días de cárcel, saliendo a la calle cuando cumplió la mitad de su condena.
Pero hay más misterios detrás de este robo, ya que no se sabe con certeza si Peruggia actuó solo o por mandato de alguien. En 1931, el comerciante argentino Eduardo Valfierno, le confiesa a un periodista estadounidense que él convenció a Peruggia para que robase el cuadro y que vendió 5 falsificaciones, hechas por el pintor Yves Chaudron, a un precio muy elevado.
Pero bueno, sin duda, el mayor misterio tras este robo es saber con certeza si el cuadro que se exhibe hoy en día en el Louvre es el original, ya que muchos pintores estás convencidos de que se trata de una copia. De lo que no cabe duda es que este robo le dio a "La Gioconda" la fama y el reconocimiento definitivo que ha llegado hasta nuestros días.

Francisco Boix

Francisco Boix fue un fotógrafo español, testigo de la barbarie nazi, ya que estuvo internado en el campo de concentración de Mauthausen y fue el único español que testificó en los juicios de Nuremberg, aportando, además de su testimonio. un importante legado fotográfico.
Francisco Boix nació el 14 de agosto de 1920 en Barcelona y era el hijo de un sastre de ideas progresistas, del que heredó su pasión por la fotografía. Estuvo afiliado a las Juventudes Socialistas Unificadas y durante la Guerra Civil trabajó como fotógrafo para la revista "Juliol", aunque en 1938 se alistó en la 30º División del Ejército de la República Española. Al finalizar la guerra, se exilió al sur de Francia, dónde estuvo internado en los campos de trabajo de Vernet d'Ariege y Septfonds, en los que los presos tenían unas condiciones de vida penosas. Para salir de uno de estos campos se necesitaba tener un permiso de trabajo y Francisco Boix se puso en contacto con varios familiares y amigos que también estaban en Francia, pero fue inútil, ya que al final no lo consiguió.
En 1940, Serrano Súñer, cuñado de Franco, le comunica a Hitler que los republicanos españoles dejan de tener la nacionalidad española a todos los efectos, por lo que Hitler saca un decreto para que los republicanos sean entregados a la GESTAPO para ser conducidos a campos de exterminio, empezando a funcionar así los famosos trenes de la muerte, que en los primeros años de la Segunda Guerra Mundial iban cargados principalmente de españoles.
De esta manera, el 27 de enero de 1941, Francisco Boix es conducido al campo de Mauthausen-Gusen, en el que se internaba los presos cuyo regreso no interesaba. A su entrada declara ser fotógrafo y conocedor del idioma alemán, algo que un tiempo después le resultaría muy útil.
En esas fechas el campo de Mauthausen era un campo en obras, por lo que los españoles tienen que construir su propia prisión. Pasados unos meses, los presos españoles deciden organizarse entre sí, especialmente los pertenecientes al Partido Comunista, para desplazar de los puestos de responsabilidad a los presos comunes, que solían ser esbirros de los nazis.
A los nazis les gustaba fotografiar la cotidianidad del campo en todos sus aspectos, sin tener en cuenta que en un futuro esas fotografías podrían ser una prueba en su contra. Boix es destinado en 1943 al servicio fotográfico del campo, ejerciendo gran influencia en varios cargos nazis, influencia que usó Boix para mediar por sus compañeros españoles, ya que varios de ellos, salvaron su vida gracias a él. Boix tiene la ocasión de fotografiar a varios miembros de la cúpula nazi en sus visitas al campo e inmortalizó a personajes como Himmler, Speer o Kaltenbrunner. Al ver el material que tenía en sus manos, Francisco Boix propone a la organización española formada dentro del campo, guardar los negativos de las fotos por si pudieran tener alguna utilidad al final de la guerra. La idea fue muy bien recibida, pero el problema era dónde podían esconderlos.
En un principio, el periplo de los negativos fue el siguiente: Boix los tiró por la ventana de su laboratorio, fueron recogidos al vuelo por un español, que los llevó a la zona de desinfección y limpieza del campo; uno de los carpinteros españoles del campo se acercó a la zona de desinfección con el pretexto de tener que hacer alguna reparación, cogiendo así los negativos y escondiéndolos entre las molduras y los marcos de la puerta de la carpintería. Pero ese escondite sería provisional, ya que no era un lugar seguro, lo ideal era conseguir sacar los negativos del campo, entrando así en juego los potchacas.
La familia Pointner con republicanos españoles
Los potchacas eran hijos de republicanos españoles que fueron detenidos junto a sus padres y, en ese momento, tenían edades comprendidas entre los 13 y los 18 años. Trabajaban fuera del campo de Mauthausen, en una cantera cercana, por lo que eran los únicos que salían al exterior a diario, así que se llevaron los negativos y los escondieron en la propia cantera. Entablaron cierta amistad con la señora Pointner, una mujer del pueblo que habitualmente visitaba la cantera y que, en conversaciones con los potchacas, les había confesado que estaba en contra del régimen nazi, ya que era de ideas izquierdistas. Así que los potchacas le pidieron un favor: que guardara los negativos en su casa. Era una decisión arriesgada, ya que ellos no podían estar seguros de que la señora Pointner no los delatase y también era arriesgado para ella, ya que, si el ejército nazi encontraba ese material en su casa, estaría poniendo en peligro su vida. Pero la señora Pointner accedió a ayudar a los jóvenes españoles y escondió los negativos en su jardín.
El 3 de mayo de 1945, al verse derrotados, el ejército alemán abandona el campo de Mauthausen, donde los presos hacen guardia con armas requisadas a las SS, esperando una posible vuelta de sus verdugos. Pero a quién vieron llegar, un par de días después, fue al ejército estadounidense, que liberó el campo y les obligó a deponer las armas. Los soldados norteamericanos quedaron horrorizados al ver el espectáculo dantesco que tenían delante, alimentaron a los presos, pero tuvieron que ver morir a cerca de 2.000 presos por los estragos de la desnutrición.
Al ser por fin libre, Francisco Boix va a casa de la señora Pointner a por los negativos y, allí mismo, empieza a positivar las fotos. Boix se marcha a París junto a otros compañeros de internamiento, los cuales, al llegar, le muestran todo el material fotográfico al Partido Comunista español en la clandestinidad, el cual, sorprendentemente, no quiere saber nada de los supervivientes de los campos de concentración ni de su documentación, ya que los considera unos traidores por haber sobrevivido. Así que Boix decide publicar sus fotos en la revista "Regards", una publicación de izquierdas que le dedica un amplio reportaje al campo de Mauthausen, el cual horrorizará a la opinión pública mundial.
Al comenzar los juicios de Nuremberg en 1946, la acusación francesa solicita el testimonio de Boix en calidad de testigo de cargo. Él certifica la autenticidad de las fotos, ya que las había revelado él mismo y aún poseía los negativos, y su testimonio resulta definitivo para obtener un veredicto de culpabilidad para Speer, que fue condenado a 20 años y, especialmente, para Kaltenbrunner, que fue condenado a morir en la horca.
Tras los juicios, Boix alcanza un gran prestigio y sigue trabajando como reportero en París. En 1948 es destinado a cubrir la información del Tour de Francia, un trabajo agotador del que su salud se resiente, por lo que, a su vuelta, tiene que ser operado por una serie de problemas renales. Boix nunca se recuperó del todo, por lo que, poco tiempo después, tiene que abandonar su trabajo y se ve obligado a ingresar en el hospital Rothschild de París, dónde muere en 1951 a la edad de 30 años.

Good bye, Lennon


El 8 de diciembre de 1980 moría John Lennon, asesinado en las puertas de su casa en Nueva York, por un fan llamado Mark David Chapman. Así que, como suele suceder, murió un hombre y nació un mito, un artista que en los últimos años de su vida había hecho verdaderos himnos pacifistas como "Imagine", "Give peace a chance" o "Happy Xmas (war is over)".
El 8 de diciembre por la mañana, la célebre fotógrafa Annie Leibovitz estuvo en el apartamento de Lennon para hacer una sesión fotográfica para la revista "Rolling Stone". Trató de sacar imágenes de Lennon a solas, ya que pensaba que nadie quería ver a Yoko Ono en portada, pero Lennon insistió en que debían ser fotos de los dos, y así fue al final. Después Lennon concedió la que sería su última entrevista a un Dj de San Francisco llamado Dave Sholin para la RKO Radio Network, entrevista que se emitió en un programa local.
Sobre las cinco de la tarde, el matrimonio abandona el apartamento en dirección a su estudio para grabar la canción "Walking on Thin Ice". Esperándoles en la calle hay un grupo de fans buscando un autógrafo, algo que solía ocurrir habitualmente. Entre los fans se encuentra Mark David Chapman, al cual Lennon le firma un autógrafo y le pregunta que si quiere algo más, a lo que Chapman responde que no. Sobre las 22:50 Lennon y Ono regresan a su apartamento y en el portal sigue Chapman esperando, el cual grita: "señor Lennon" momentos antes de disparar cinco veces contra el artista. Falló uno de los disparos, pero los otros cuatro impactaron en el cuerpo de Lennon, el cual fue declarado muerto al llegar al St Luke's-Roosevelt Hospital, porque había perdido el 80% de su volumen sanguíneo. Chapman mientras tanto se sentó en el bordillo esperando a que le detuvieran.
Lennon fue incinerado el 10 de diciembre en el cementerio Ferncliff de Hartsdale en Nueva York y no se celebró ningún funeral por expreso deseo de Yoko Ono, la cual pidió a los fans que se dirigieran a Central Park ese domingo y rezaran en silencio durante diez minutos en honor a Lennon. Se congregaron allí unas 225.000 personas, mientras que en Liverpool, la ciudad natal del artista, 30.000 personas participaron en otro homenaje. Un par de fans de Lennon llegaron a suicidarse tras su muerte, por lo que Ono tuvo que pedir a todos los seguidores que no cayeran en la desesperación.
George Harrison hizo una canción en honor a Lennon, llamada "All those years ago", en la que participaron Ringo Starr en la batería y Paul McCartney en los coros. El propio McCartney, un par de años después, hizo otra canción en recuerdo de Lennon llamada "Here today". A lo largo de todo el mundo se hicieron actos de homenaje y se crearon sitios conmemorativos, el más célebre quizá sea el "Strawberry Fields", jardín situado en Central Park, muy cerca del edificio Dakota en el que residía Lennon.
John Lennon firmando un autógrafo a Mark David Chapman
En cuanto a Chapman, fue condenado a cadena perpetua y desde el año 2000, cada dos años, tiene audiencias para revisar su condena, pero hasta el momento siempre se le ha denegado la petición de libertad. Chapman era un tipo muy obsesionado con John Lennon, hasta el límite, por ejemplo, de casarse con una mujer de origen japonés para emular el matrimonio Lennon-Ono. Parece ser que también estaba muy influido por el libro "El guardián entre el centeno" de Salinger, en el que el protagonista pensaba que todos los adultos eran unos farsantes; porque eso es lo que pensaba Chapman de Lennon, que era una farsante y ese fue el poderoso motivo que le llevó a asesinarle, ya que veía una incoherencia que alguien que predicaba la paz y el amor viviera rodeado de lujos.
La música es algo que, de momento, nadie puede asesinar, así que sigamos disfrutando de Lennon a nuestra manera.