El Concierto de Año Nuevo es interpretado todos los años por la Orquesta Filarmónica de Viena en el Musikverein de la misma ciudad. Se toca, sobre todo, música de la familia Strauss y siempre se suele finalizar con "El Danubio azul" y "La marcha Radetzky", excepto en 2005, cuando ésta última no se interpretó por respeto a las víctimas del tsunami que se produjo en el sudeste asiático el año anterior. Se estima que lo siguen unos 1.000 millones de personas en 54 países y es un evento tan popular que las entradas se asignan por sorteo.
El Concierto de Año Nuevo comenzó a interpretarse en el año 1939, para algunos autores la finalidad de dicho concierto era confirmar la identidad austriaca frente a la invasión alemana, mientras que para otros simplemente fue un concierto que celebraba la anexión de Austria a la Alemania de Hitler. Si nos atenemos a los hechos y a los acontecimientos que se produjeron ese año y los siguientes, la segunda tesis estaría más cercana a la verdad que la primera, ya que la Filarmónica de Viena, durante esos años, no tuvo una actitud antihitleriana precisamente.
El creador de dicho concierto fue Clemens Krauss, músico austriaco amigo de Richard Strauss, pero también íntimo amigo de Joseph Goebbles, el jefe de la propaganda nazi. Krauss dejó Austria en 1934 y se fue a Alemania atraído por las doctrinas de Hitler, del que nunca negó su admiración y, al finalizar la guerra, fue investigado por la asociación contra el nazismo y, finalmente, exculpado, no sin antes pasar por un proceso de desnazificación. Fue el director del Concierto de Año Nuevo hasta 1954, año en el que murió.
En el año 1938, los nazis despiden a todos los músicos judíos de la Filarmónica de Viena y de la Ópera Estatal. Once miembros no fueron despedidos, a pesar de estar casados con personas judías, pero fueron estigmatizados y continuamente amenazados por ser considerados semijudíos. Trece músicos activos y tres prejubilados fueron deportados u obligados a huir durante los años que duró el terror nazi. Seis músicos judíos que habían pertenecido a la Filarmónica fueron asesinados en campos de exterminio, otro murió a consecuencia del desahucio de su casa y uno más murió debido a la amenaza de deportación.
Moritz Glattauer era el primer violinista de la Filarmónica y fue deportado con 72 años junto a su esposa Anna al campo de concentración de Theresienstadt en 1942, dónde Glattauer moriría en 1943, mientras que su esposa fue trasladada a Auschwitz, falleciendo en la cámara de gas.
Hugo Burghauser, era el primer fagot y fue obligado a exiliarse de Austria en 1938, siendo separado así de la Filarmónica por "fuga ilegal". Primero fue a Canadá y después a Nueva York, dónde siguió ejerciendo de músico hasta su muerte en 1982.
Paul Fischer, era violinista y fue prejubilado en 1938, siendo anuladas todas sus actividades como músico. Murió en 1942 en un hospital judío de Viena.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, el comportamiento de la Filarmónica tampoco fue ejemplar, ya que no se despidió a ningún músico nazi, llegando a ser éstos más de la mitad de toda la orquesta. Y se produjo un hecho vergonzoso en 1966: Helmut Wobisch, trompetista nazi colaborador de la Gestapo y gerente de la Filarmónica desde 1954 hasta 1968, le concede el Anillo de Honor de la Filarmónica a Baldur von Schirac, líder de las juventudes hitlerianas y gobernador del Reich en Viena, el cual había sido condenado en los juicios de Nuremberg a pasar 20 años en la cárcel de Spandau.
A pesar de este pasado bastante oscuro, el Concierto de Año Nuevo es considerado hoy en día un concierto para la paz, así que con eso nos quedaremos y con la música, que no suele entender de fronteras ni de política.
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