domingo, 4 de octubre de 2015

Garbo, el mejor actor del mundo

Sí, el mejor actor, porque no me estoy refiriendo a Greta, sino a Joan Pujol, un barcelonés que un día de 1944 consiguió cambiar el rumbo de la historia. La verdad es que era un mentiroso compulsivo y quizá un profesional nos podría decir que tenía algún problema psiquiátrico, pero, gracias a ser de esta manera tan particular, miles de hombres le pudieron hacer frente al nazismo.
Joan Pujol nació en 1912 en Barcelona, en el seno de una familia burguesa, por lo que tuvo una vida acomodada y recibió una educación liberal. Fue un hombre de negocios con un éxito moderado al estallar la Guerra Civil, momento en el que fue llamado a filas por el ejército republicano. Pero Joan Pujol no quería ir a la guerra, así que vivió en la clandestindiad cerca de un año, pero al ver que la contienda se alargaba más de lo que hubiera imaginado, decidió alistarse en el ejército republicano, pero con la única intención de pasarse al bando franquista en cuanto pudiera. Así que,ya en el frente, pasó una noche escondido para que, una vez que estuviera todo en calma, cruzar la línea enemiga y quedarse. Pero lo que le sucedió parecería sacado de un chiste de Gila: se equivocó de camino y volvió al sitio dónde estaban los soldados republicanos gritando: "soy un soldado republicano pero me quiero quedar en la zona nacional con vosotros". Evidentemente le cayeron tiros por todos los lados, aún así consiguió esconderse y horas más tarde por fin consiguió llegar con los nacionales y desertar.
Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Joan Pujol era propietario de un hotel en Madrid. Parece ser que era un enemigo acérrimo de los totalitarismos, tanto del comunismo que se vivía en la Unión Soviética, como del fascismo que se vivía en diferentes puntos de Europa. Con la invasión alemana de Francia, Pujol llegó a la conclusión de que Inglaterra estaba luchando sola contra los alemanes y decidió que él los tenía que ayudar. En 1941, su mujer Araceli se fue a la embajada británica en Madrid para ofrecer los servicios de su marido, servicios que fueron rechazados rotundamente. Ante la negativa británica, Joan Pujol fue a la embajada de Alemania para ofrecer sus servicios también, dónde le contestaron que ellos lo único que necesitaban era un hombre en Inglaterra para que les pasara información desde allí. Así que Pujol se pone manos a la obra y falsifica un pasaporte diplomático, que enseña a los servicios de inteligencia alemanes para mostrarles que tiene un visado para entrar en Inglaterra. Esto sorprende gratamente a los alemanes y Pujol entra a formar parte de sus servicios de inteligencia con el nombre de Arabel. Los alemanes instruyeron a Pujol en las técnicas de la escritura secreta para enseñarle cómo tenía que enviar la información.
Pujol viaja a Lisboa, que junto con Madrid, es la ciudad con más movimiento de espías durante la Segunda Guerra Mundial; y se dirige a la embajada británica para intentar tener una entrevista que no consigue. Pero tampoco puede viajar a Inglaterra porque tiene un visado falso, así que está en un aprieto porque los alemanes esperan sus informaciones desde las islas británicas. Así que la solución que encuentra Pujol es inventarse un colaborador: les dice a los alemanes que ha conocido a un piloto holandés que trabaja para la KLM y que le está enviando sus cartas desde Lisboa para evitar así la censura británica. Los alemanes no sólo se lo creen, sino que elogian a Arabel por haber tenido esa iniciativa. Lo malo es que le preguntan muchas cosas sobre Inglaterra, lugar en el que él nunca había estado, así que se compra guías, mapas, libros y pasa mucho tiempo en la biblioteca pública para poder informarse un poco más sobre el país. Además se empezó a inventar más colaboradores, así que, para los alemanes, Arabel no sólo estaba en Inglaterra, sino que había montado una red de espionaje en todo el país.
Los británicos interceptan algunas informaciones de Arabel y también piensan que está infiltrado en Inglaterra, lo que pasa es que empiezan a ver que, prácticamente toda la información que manda a los alemanes, es falsa y confusa. Intentan localizarse y se acuerdan de aquel español que intentó ofrecerles sus servicios en varias ocasiones, así que se ponen a buscar a Arabel y al final le localizan en Lisboa. Por lo que Pujol, después de tanto intentarlo, consigue mantener contacto con la inteligencia británica. Le interrogan, porque no están seguros de si tienen delante a un espía que quiere colaborar con ellos o a un nazi entusiasta. Pero Pujol por fin logra convencerles de que quiere trabajar con ellos, así que es trasladado a Inglaterra con su familia, desde donde trabajará a partir de ahora para los británicos, bajo las órdenes de Thomas Harris, una rara avis dentro del contraespionaje británico, ya que siempre le dio a Pujol mucha libertad. Arabel será conocido por los británicos como Garbo, ya que le consideran el mejor actor del mundo.
Garbo siguió escribiendo a los alemanes, pero bajo supervisión británica y les daba detalles de poca importancia y muy confusos. Aumentó su red de espionaje, se inventó a un piloto de la RAF que informaba desde Escocia y a un camarero gibraltareño, que informaba desde el Soho londinense. Sabía que la falta de información podría poner en peligro su credibilidad ante los alemanes, así que para justificar esta falta de noticias, se inventa la muerte de uno de sus colaboradores y los británicos incluso publican una esquela en un periódico, que Pujol envía a los alemanes.
Cuando se produce la Operación Torch (desembarco en Túnez de las tropas británicas y norteamericanas), Pujol informa a los alemanes por correo aéreo con una carta que es falsamente matasellada unos días antes, pero que es enviada cuando la operación ya se ha realizado. A pesar del retraso, la información que ofrece Pujol es tan exacta, que los alemanes le condecoran.
Pujol sigue aumentando la red de espionaje y llega un momento en el que tiene a 21 espías ficticios trabajando para él. Los británicos, gracias al trabajo de Garbo consiguen descifrar cualquier mensaje en clave de los alemanes, lo que les da una poderosa información. Los alemanes le dicen a Pujol que están temiendo una invasión de Francia y que su prioridad tiene que ser esa, informar sobre los posibles movimientos de tropas por vía marítima desde Inglaterra. El asunto es tan importante porque, en ambos bandos, tienen muy claro que una invasión en Francia decantaría la guerra para un lado o para el otro. Los aliados saben que el punto francés más cercano a Inglaterra es el paso de Calais, pero está fuertemente fortificado por los alemanes desde hace tiempo, así que eligen entrar en Francia por Normandía.
La red de espías de Arabel empieza a informar a los alemanes de unos movimientos de tropas totalmente inexistentes, que van a asaltar Calais bajo el mando de Patton. Todas estas informaciones tienen mucho sentido para los alemanes, que siguen reforzando toda esa zona.
Pero el 6 de junio de 1944, los aliados desembarcan en 5 playas de Normandía, lo que es una gran sorpresa para los alemanes. Rommel ni siquiera estaba en Francia y, cuando le dan la noticia, ordena mover a cuarenta mil hombres desde Calais hacia la zona de Normandía, lo que es un desastre para el ejército aliado, ya que, con ese movimiento de las tropas alemanas les sería imposible adentrarse en Francia. Así que Garbo manda su mensaje más importante a los alemanes y les dice que la operación actual, aunque es de gran escala, es solamente una maniobra de distracción y que se producirá un segundo ataque en Calais, que será realmente por donde los aliados trataran de entrar en Francia. Y hasta el mismo Hitler hace caso a este mensaje de Garbo y ordena que no se envíen refuerzos a Normandía. Los aviones de la Luftwaffe hacen vuelos de reconocimiento para ver si los aliados tienen preparado algún otro tipo de ataque por mar y sí, en estos vuelos ven un número considerable de aviones y tanques aliados...lo que no saben es que son aviones de cartón y tanques hinchables, precisamente para engañar al ejército alemán. Así que durante los meses de junio y julio hay un gran número de soldados alemanes en Calais esperando un ataque que nunca llegaría. Finalmente, Francia sería liberada en septiembre.
Aún así, el 29 de julio, Garbo es condecorado con la Cruz de Hierro por sus servicios prestados a Alemania y también recibirá la Orden del Imperio Británico por sus servicios prestados a Inglaterra. Los alemanes nunca descubrieron el engaño de Garbo, pero aún así, en 1945, Pujol decide dejar Inglaterra y se desvanece. En 1959 salta la noticia de que ha muerto en Angola, pero conociéndole, es una noticia que tiene poca credibilidad. En los años 70, un periodista británico le localiza en Venezuela trabajando para la compañía Shell y le convence para que vuelva a Inglaterra y así se le rinda el homenaje que merece. Finalmente muere en Caracas a la edad de 76 años.

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