martes, 6 de octubre de 2015

¡Inocente!

El día 28 de diciembre es el día de los Santos Inocentes, en el que se conmemora la matanza de unos 30 niños, menores de dos años, en Belén, hace algo más de dos mil años. Cuando los Reyes Magos iban a visitar el pesebre dónde había nacido Jesús, pararon antes en el palacio del rey Herodes, el cual les pidió a los Magos que, a su vuelta, volvieran a verle para indicarle dónde se encontraba el tal Jesús, ese que algún día sería rey de Israel; para poder ir a adorarlo él también. Los Reyes Magos tuvieron un sueño en el que un ángel les decía que no le dieran ningún tipo de información a Herodes, así que emprendieron el regreso a casa por un camino diferente. Herodes, desesperado y sin tener las noticias deseadas, ordenó que se matasen a todos los niños menores de dos años nacidos en Belén, con el fin de deshacerse de aquel que había nacido para destronarle.
En España e Hispanoamérica es tradicional celebrar este día gastando bromas a la gente, la más típica y, nunca mejor dicho, la más inocente, es la de pegar una llufa en la espalda de alguien, es decir, el típico monigote de papel. Las llufes son una representación de espíritus etéreos que durante el final del año rondan por todas partes riéndose y atormentando a los más inocentes. En otros países la costumbre es gastarse bromas el 1 de abril, algo que también se hace en Menorca, por ejemplo, por su pasado británico.
Pero a parte de las típicas bromas, en ciertos lugares de España este día se celebra de una manera singular. En Tremp (Lérida) se cuelga una llufa gigante del campanario de la iglesia, en Ibi (Alicante) es el día de los enharinados, es decir, hay una batalla de harina entre cargos públicos y su oposición; en Fraga (Huesca) se lanzan huevos entre las diferentes peñas del pueblo y en Jalance (Valencia) hay aún un vestigio de la "fiesta de los locos", festividad que da origen a nuestro actual día de los Inocentes.
Representación de la Fiesta de los Locos
La "fiesta de los locos" empezó a celebrarse en Francia durante la Edad Media, en un día indeterminado entre Navidad y el día de Reyes. Ese día, en las iglesias y monasterios, entraba un grupo de enmascarados, vestidos de bufones o de mujer, y elegían al "obispo de los locos" o, incluso, al "Papa de los locos" en las iglesias que dependían directamente de la Santa Sede. Estos obispos y papas oficiaban misa y bendecían al pueblo con todos los atributos eclesiásticos de dichas figuras, incluidos la mitra y el báculo. Mientras se oficiaba la misa, los "locos" comían carne en el altar o jugaban a los dados, y al finalizar ésta, corrían, cantaban y bailaban hasta quedarse desnudos. Parece ser que se cometían en estas celebraciones bastantes actos impuros y se decía algún que otro improperio. Esta celebración tenía su origen en una superstición romana, que a su vez la había importado de Grecia, por la que el primer día del año la gente se tenía que disfrazar con pieles de animales, algo que tomaron para sí los cristianos, pero que, con el paso del tiempo, terminó degenerando en la "fiesta de los locos".
Estas celebraciones fueron prohibidas por la Iglesia en el siglo XVI y, para calmar sus excentricidades, se decretó en su lugar el día de los Santos Inocentes. Seáis locos o inocentes, mañana id con cuidado...

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