Así denominó la prensa de la época al robo del celebérrimo cuadro de Da Vinci, "La Gioconda", perpetrado en 1911. Lo que tiene de peculiar este robo, además de la facilidad con la que se llevó a cabo, fue que contó con unos famosísimos sospechosos como el poeta surrealista Apollinaire o el pintor cubista Pablo Picasso.
El 21 de agosto de 1911 a las 7 de la mañana, un ex empleado del Museo del Louvre, que en ese momento trabajaba como carpintero, de nombre Vicenzo Peruggia, descolgó "La Gioconda" de su lugar habitual y en la escalera Visconti retiró la tabla del marco, abandonando éste último allí mismo. De esta manera y con toda la tranquilidad del mundo, salió del museo con el cuadro escondido bajo la ropa. Horas más tarde, el pintor Louis Beroud se percata de que el cuadro no está en su sitio y avisa a las autoridades, permaneciendo el museo cerrado durante una semana, debido a las investigaciones policiales.
El 6 de septiembre de 1911 se detiene al escritor Guillaume Apollinaire, sospechoso porque había propuesto la quema del museo, ya que era de la opinión de que allí se "encarcelaba el arte". Pasó tres días detenido y mencionó a su amigo Pablo Picasso por su posible implicación, cuatro años antes, en el robo de unas estatuillas íberas. Así que se detuvo también a Pablo Picasso, el cual confirmó que poseía dos de esas estatuillas, pero que se las había comprado por 50 francos al aventurero belga Honore-Joseph Gery Pieret, al cual también se detuvo. Se demostró que Pieret había robado ciertas piezas del Lovre unos años antes, pero que nada tenía que ver con el robo de "La Gioconda", así que los tres sospechosos fueron puestos en libertad.
Vicenzo Peruggia |
El cuadro se recuperó un par de años después en Florencia, cuando Peruggia intentó vendérselo a Alfredo Geri, director de la Galería de los Uffizi, quien llamó a la policía e hizo posible la detención de Peruggia. Éste alegó que robó "La Gioconda" para devolverlo a la patria a la que pertenecía, ignorando, parece ser, que el propio Leonardo Da Vinci le había regalado el cuadro al rey Francisco I cuando éste le hizo pintor de la corte francesa. Durante el juicio, Peruggia volvió a alegar los mismos motivos patrióticos para justificar su robo, añadiendo además que había sido víctima de la xenofobia francesa durante su periplo en París. Esos motivos patrióticos se tuvieron en cuenta y Peruggia fue condenado solamente a un año y quince días de cárcel, saliendo a la calle cuando cumplió la mitad de su condena.
Pero hay más misterios detrás de este robo, ya que no se sabe con certeza si Peruggia actuó solo o por mandato de alguien. En 1931, el comerciante argentino Eduardo Valfierno, le confiesa a un periodista estadounidense que él convenció a Peruggia para que robase el cuadro y que vendió 5 falsificaciones, hechas por el pintor Yves Chaudron, a un precio muy elevado.
Pero bueno, sin duda, el mayor misterio tras este robo es saber con certeza si el cuadro que se exhibe hoy en día en el Louvre es el original, ya que muchos pintores estás convencidos de que se trata de una copia. De lo que no cabe duda es que este robo le dio a "La Gioconda" la fama y el reconocimiento definitivo que ha llegado hasta nuestros días.
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