martes, 6 de octubre de 2015

Io, Saturnalia!!


Muchas festividades cristianas tienen un origen pagano, la Iglesia asimilaba dichas festividades dándoles un nuevo significado para quitarse de encima celebraciones que no le interesaban y, aprovechando su popularidad, dar también más oficialidad al Cristianismo. Y eso fue lo que pasó con las navidades y la epifanía o día de reyes.
Navidad, en su origen, significa nacimiento y, aunque no se sabe a ciencia cierta cuándo nació Jesús, lo que sí queda bastante claro es que ni por asomo fue en el mes de diciembre, La fecha de su nacimiento se debe aproximar más a la primavera porque parece ser que es la fecha en la que se realizaban los censos en la región de Judea y no hay que olvidar que Jesús nació en Belén porque su familia viajó hasta allí para inscribirse en el censo. Entonces, ¿por qué se elige el mes de diciembre para celebrar su nacimiento? La respuesta está en la celebración de las Saturnales romanas y en las fiestas del solsticio de invierno o nacimiento del Sol celebradas en multitud de culturas.
Las Saturnales romanas son unas celebraciones en honor a Saturno, dios de la agricultura y también es una fiesta del triunfo. Esta fiesta se introdujo en Roma en el año 277 a.c. para dar moral a los ciudadanos tras una derrota militar sufrida ante los cartagineses. Pero, en general, se interpretó más como la fiesta de la finalización de los trabajos del campo, cuando las familias campesinas y los esclavos tenían tiempo para descansar. Se celebraban entre el 17 y el 23 de diciembre, lo que suponía una semana de diversión con mucha comida y mucha bebida. Las fiestas comenzaban con un sacrificio en el templo de Saturno y continuaban con un banquete público, al que estaba invitado todo el mundo. Los romanos adornaban sus casas, las iluminaban con velas y decoraban los árboles... pero los árboles plantados, ya que la costumbre de tener un árbol en casa para celebrar la navidad es posterior. Eran unas fechas en las que se aprovechaba para visitar a la familia, había intercambio de regalos y también se hacían bromas, como se sigue haciendo hoy en día en los santos inocentes. Quizá lo más característico de estas fiestas, aparte de la comida y la bebida, es que se jugaba al mundo al revés y durante una semana los esclavos intercambiaban los papeles con sus amos o los hijos los intercambiaban con sus padres. En cada casa también se tenía que elegir a una persona para que presidiese el banquete y había que acatar todas sus órdenes, por muy descabelladas que fueran.
Justo al acabar las Saturnales, empezaba la celebración del solsticio de invierno, cuando los días empiezan a alargarse y la noche se hace más corta, que en Roma se asociaba con el nacimiento de Mitra, dios solar persa introducido en Europa por los romanos. Pero este tipo de celebración del solsticio de invierno se hacía en muchas regiones, en muchos pueblos bárbaros, como los celtas, o incluso en las culturas precolombinas.
Representación del dios Mitra
Tras la celebración del nacimiento de Mitra se daba paso al festival de Sigillaria, una festividad especialmente dedicada a los niños, en las que éstos recibían muchos regalos.
Pero hay otra fecha que es mágica en nuestra cultura, pero que ya lo era muchos siglos antes, y no es otra que la noche del 5 al 6 de enero, fecha muy celebrada especialmente en Egipto y en Grecia.
En Egipto se celebraba la epifanía de Osiris, que venía precedida por un periodo de duelo por la muerte del dios durante el solsticio de invierno, hasta que reaparecía Osiris y las aguas del Nilo se convertían en vino.
En Grecia, el dios Osiris fue asimilado por Dionisos y el 6 de enero celebraban el culto a este último y la bendición de los ríos. Era una celebración muy especial, sobre todo, en la isla de Andros, donde, en la noche del 5 al 6 de enero, manaba de una fuente un vino milagroso que daba testimonio de la presencia de Dionisos en la isla.
Así que si no os va eso de celebrar estas fiestas muy cristianamente, cometed entonces todos los excesos que podáis aguantar y así las estaréis celebrando al modo romano... incluso el que se atreva puede probar a jugar al mundo al revés!

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