Si nos dicen que en 1944 una familia de siete enanos llega al campo de exterminio de Auschwitz, que además de enanos son judíos y que en Auschwitz también se encontraba Josef Mengele, más conocido como el "Ángel de la muerte", haciendo lo que él llamaba experimentos médicos, pero que más que experimentos eran aberraciones; lo más lógico sería pensar que los pobres enanos, en cuanto bajasen del tren, irían directos a la cámara de gas. Pues en esa situación se encontró la familia Ovitz, y no sólo no fueron directos al crematorio, sino que vivieron durante 7 meses en el campo de exterminio, y el ángel de la muerte fue su ángel de la guarda.
La familia Ovitz provenía de Rosaglia, un pequeño pueblo que se encontraba al norte de Transilvania, en Rumanía. Eran 10 hermanos, 7 de ellos padecían pseudoacondroplasia, un tipo de enanismo que se caracteriza por tener unas extremidades muy pequeñas, pero el resto del cuerpo tiene unas proporciones y un aspecto digamos "normal", especialmente el rostro. Al morir sus padres, decidieron fundar una compañía artística llamada Liliput, con la que recorrieron Rumanía para darse a conocer. Era quizá un momento propicio para ellos, ya que en los años 30 proliferaron los llamados "circos de enanos" y tenían bastante éxito en Europa, pero ellos no querían que se les identificara de ninguna manera con el circo, ya que ellos eran músicos y querían triunfar con un espectáculo meramente musical. Y así fue, ellos tenían unos instrumentos más pequeños de lo habitual, para que sus pequeñas extremidades no tuvieran dificultades y deslumbraron al público porque efectivamente sí tenían un gran talento musical, así que se hicieron un nombre, no solamente en Rumanía, sino también en Hungría o Checoslovaquia, totalmente ajenos a los cambios políticos que se estaban dando en Europa.
En 1940, la zona norte de Transilvania se anexiona a Hungría, y los húngaros imponen sus leyes antisemitas, que eran tan estrictas como las alemanas, aunque siempre se negaron a deportar judíos a Alemania. Pero una de las leyes húngaras fue prohibir a los artistas judíos actuar ante un público no judío; así que los Ovitz se hicieron con una documentación falsa, que ocultaba su condición de judíos y estuvieron actuando durante 4 años más.
En 1944, cuando ya toda Europa estaba destruida por la guerra, decidieron volver a Rosaglia , pero allí fueron detenidos. Obligaron a todos los judíos de Rosaglia a meterse en la sinagoga, aunque a los Ovitz les permitieron permanecer en su casa. Pero su situación no fue buena, ya que recibieron muchas humillaciones por parte de los soldados, que cuando querían asaltaban su casa y les obligaban a tocar para ellos, sacando a bailar a las mujeres Ovitz para reírse de ellas.
Después son trasladados al gueto de Dragomiresti, dónde Arie, uno de los hermanos que no sufría enanismo, intentó escapar, pero murió en el intento. En el gueto están poco tiempo, los trasladan en tren a Auschwitz y nada más bajarse del tren ven a soldados que les dicen que dejen sus pertenecias a un lado y que se vayan poniendo en fila. Comienza entonces la selección, separan a niños, mujeres y ancianos a un lado y a los hombres jóvenes y, aparentemente, sanos a otro lado, ya que éstos últimos son los que servirán para trabajar y los que sobrevivirán, al menos esa noche. Porque de las 3.500 personas que iban en el tren con los Ovitz, sólo sobrevivieron esa noche unas 400.
Al hacer la selección, los soldados se quedaron muy sorprendidos de ver allí, no a uno, sino a siete enanos, así que decidieron avisar inmediatamente a Josef Mengele, porque pensaron que podía estar muy interesado y no se equivocaron. Apartaron a los Ovitz del grupo, con ellos estaban también un par de familias más: los Slomowitz y los Fichmann, que habían sido contratados años atrás por la compañía Liliput como asistentes. Los Ovitz les dijeron a los soldados alemanes que, tanto los Slomowitz como los Fichmann, eran familiares suyos, y de esta manera les salvaron la vida, ya que a la "familia completa", que pasó en un momento de tener 12 miembros a 22, les llevaron a un barracón especial, que fue donde vivieron. Tuvieron muchos privilegios, ya que se les permitió tener sus pertenencias, no se les obligó a afeitarse la cabeza y no se les obligó a hacer trabajos forzosos.
Josef Mengele buscaba especialmente hermanos gemelos y enanos, ya que estaba muy interesado en los desórdenes del crecimiento. Fue a ver a los Ovitz para entrevistarse con ellos, y la familia Ovitz jugó sus bazas y le intentaron llegar al corazón: le empezaron a enseñar fotos, a hablarle de sus viajes por Europa con su espectáculo, le enseñaron cartas de sus fans, etc. Y en cierta manera sí se encariñó con ellos y recibieron cierta protección, pero eso sí, una protección relativa, ya que tuvieron que sufrir dolorosos experimentos médicos. Porque para Mengele tener allí a la familia Ovitz era una oportunidad única, ya que se trataba de una familia con parte de sus miembros enanos y otra parte de sus miembros con una estatura normal, lo que le permitiría descubrir el gen que causaba el enanismo. Y también quería probar que los judíos eran una raza deforme. Así que uno a uno les fue sometiendo a auténticas torturas: análisis de sangre, extracciones de pelo, exámenes ginecológicos muy duros, extracciones de la médula ósea, etc. Incluso el pequeño de los Ovitz, que tenía un mes y medio, también sufrió a Mengele: le sometía a baños con el agua excesivamente fría y excesivamente caliente para ver cómo reaccionaba.
Pero aún así, Mengele tenía cierta simpatía hacia ellos, por ejemplo, cuando el médico tenía un mal día, iba a ver a la familia, ya que era lo único que le animaba. También les visitaba con el propósito de saber cómo estaban o si necesitaban algo, algo impensable, en principio, entre un cargo nazi y unos prisioneros judíos.Y ellos, con cautela, se sintieron protegidos. Incluso se les permitió tocar con la orquesta de Auschwitz, que estaba dirigida por Alma Rosé, la sobrina del compositor Gustav Mahler.
Pero llegó un momento en el que la familia Ovitz dejó de ver a Mengele por su barracón y temieron acabar como otros enanos que habían pasado antes por Auschwitz, a los que Mengele ordenó hervir para despojarles de su carne y mostrar sus esqueletos en un museo de Berlín. Pero la realidad era otra: Alemania estaba perdiendo la guerra, se destruyeron todas las pruebas de los experimentos médicos que se habían llevado a cabo en el campo y Mengele decidió huir, ya que en pocos días el ejército soviético liberaría Auschwitz.
Los Ovitz recuperaron su libertad, sabiendo que el haberse mantenido unidos y el tener 7 de ellos un desorden de crecimiento es lo que les había salvado milagrosamente del infierno. Volvieron a su casa de Rosaglia y se la encontraron destrozada y decidieron irse a Bélgica, pero no conseguían tener el mismo éxito que antes con su espectáculo, así que se trasladaron a Israel, dónde estuvieron actuando hasta 1955, año en el que se decidieron retirar, ya que las hermanas mayores ya habían cumplido 70 años. Compraron un par de salas de cines y alguna cafetería y no se movieron de Haifa.
Josef Mengele murió en el año 1979 en Brasil, país al que huyó y en el que vivió todos esos años con una identidad falsa. La última hermana Ovitz, Perla, murió en el año 2001 y antes dejó su testimonio de lo que había vivido junto a su familia en un libro llamado: "En nuestros corazones éramos gigantes".
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