Quizá las personas que no sean aficionadas al cine clásico no sepan quién es Hedy Lamarr, pero es posible que debieran subirla a los altares, ya que, aparte de ser considerada en su momento como la mujer más bella de la historia del cine, destacó por su gran inteligencia y por sus inventos, como la técnica de conmutación de frecuencias, que dio origen a nuestro actual WIFI.
Hedy Lamarr nació en 9 de noviembre de 1914 en Viena, en el seno de una familia judía. Enseguida dio muestras de su gran inteligencia y en el colegio fue considerada superdotada, empezando a los 16 años sus estudios de ingeniería. Tres años más tarde abandonó sus estudios para empezar a trabajar como actriz en el teatro berlinés, de la mano de Max Reindhart. En 1933 interviene en la película, "Éxtasis", en la que Heidi Lamarr se convierte en la primera actriz que sale completamente desnuda en una película comercial y en la primera actriz que interpreta un orgasmo en pantalla. Por estos motivos, el film fue incluso condenado por el Papa Pío XI.
Tras estrenarse esta película, el armamentista Friedrich Mandl se obsesiona con ella y, tanto él como su familia, la obligan a casarse en contra de su voluntad. Mandl era el proveedor de municiones, aviones de combate y sistemas de control de Hitler y Mussolini. Durante su matrimonio, Mandl encerró a la actriz en casa y la sometió a un férreo control, por lo que tuvo que dejar su carrera interpretativa. Lamarr aprovechó su encierro para continuar con sus estudios de ingeniería y para conseguir información confidencial de los clientes y proveedores de su marido. Lamarr mantiene una relación sentimental con su asistenta, que la ayuda a escapar del control conyugal. Lamarr huye por la ventana del baño de un restaurante, va en coche hasta París, seguida por los guardaespaldas de Mandl y en París logra embarcarse hacia Londres. Una vez en Londres, vende sus joyas para conseguir un pasaje para viajar a Estados Unidos y, en el barco, coincide por casualidad con Louis B. Mayer, propietario de la Metro Goldwing Mayer. Al terminar el viaje, Lamarr había conseguido que Mayer le hiciera un contrato de siete años como actriz.
Como actriz interviene en una treintena de películas hasta 1958, destacando, sobre todo, "Sansón y Dalila" dirigida por Cecil B. DeMille en 1949. También tomó decisiones un poco discutibles, como rechazar papeles para "Luz que agoniza" o "Casablanca", algo que siempre le agradecerá Ingrid Bergman.
En 1940, durante una cena, conoce al músico George Antheil, el cual componía música para películas y escribía artículos en "Esquire" sobre endocrinología aplicada a la seducción. Lamarr y Antheil enseguida se ponen a trabajar juntos en un sistema de comunicación secreto entre barcos y torpedos mediante señales de radio que cambian constantemente de frecuencia. Este sistema estaba inspirado en un principio musical, ya que funcionaba con 88 frecuencias, equivalentes a las teclas del piano, y era capaz de hacer saltar señales de transmisión entre las frecuencias del espectro magnético.
Heidi Lamarr y George Antheil |
Por haber conocido el nazismo de cerca y por su condición de judía, Lamarr le ofrece al gobierno de los Estados Unidos toda la información confidencial que recabó durante su matrimonio con Mandl y su recién inventada técnica de conmutación de frecuencias, de manera totalmente gratuita. El gobierno no se atrevió a usar dicha técnica, por miedo a ser interceptados por el enemigo, pero la guardó en secreto. Lamarr, desesperada, siguió ofreciendo su inteligencia al ejército estadounidense, pero ellos prefirieron usar su belleza como propaganda para vender bonos de guerra.
La primera vez que Estados Unidos usó este sistema de comunicación secreto fue en la crisis de los misiles de Cuba en 1962 y, más tarde, también lo usaría en la guerra de Vietnam. Pero en la década de los 80 se empezó a valorar su utilidad para la ingeniería civil y se usó la tecnología del espectro ensanchado por salto de frecuencia para dispositivos de comunicación sin cable, dando lugar al WIFI, al GPS y al Bluetooth.
En 1998, la Electronic Frontier Foundation les concede a Lamarr y a Antheil el Premio Pionero por su fundamental contribución en el desarrollo de las comunicaciones. Anthiel nunca vio valorado su invento, ya que murió en 1959 y Lamarr rehusó asistir a recoger el premio.
Pero Lamarr también inventó otras cosas, algunas con fortuna, como los liftings, y otras que fueron un rotundo fracaso, como el refresco de cola instantáneo, una pastilla por la que se obtenía un refresco al disolverla en agua.
Hedy Lamarr murió el 19 de enero de 2000 en Florida y, en su honor, se declaró el día 9 de noviembre como el Día del Inventor.
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