martes, 1 de diciembre de 2015

Músicos que vendieron su alma al diablo: Robert Johnson

Para los aficionados del blues, Robert Johnson es, si no el mejor intérprete de la historia, al menos una rara avis dentro este género musical como guitarrista y como letrista. También es considerado como el abuelo del Rock 'N Roll, a pesar del corto legado que dejó.
Robert Johnson nació el 8 de mayo de 1911 en Greenword (Missisipi), al sur de los Estados Unidos. Su madre era Julie Ann Majors, hija de esclavos, que tuvo una relación esporádica con un jornalero llamado Noah Johnson, fruto de la cual nació Robert. Julie estaba casada con Charles Spencer y Robert creció pensando que él era su padre biológico, hasta que años después se entera de la verdadera identidad de su progenitor y se cambia el apellido, ya que hasta entonces había sido Robert Spencer.
Desde muy pequeño se empezó a interesar por la música, tocando primero el arpa y después la armónica. Después aprendió a tocar la guitarra, pero no destacó, ya que no era un gran virtuoso. En 1929 se casó con Virginia Travis, quien moriría en 1930 durante el parto del que iba a ser el primer hijo del matrimonio, pero que tuvo un fatal desenlace, ya que no sobrevivieron ni la madre ni el niño. Poco después se casó con Esther Lockwood, una viuda adinerada, madre de Robert Lockwood jr, quien con el tiempo también se convertiría en un destacado intérprete de blues.
Tras su matrimonio, Robert empieza a tocar la guitarra con gran destreza, ganándose la admiración de las grandes figuras de la época. Empezaron a surgir los rumores, ya que había personas que pensaban que Robert Johnson había hecho un pacto con el diablo para conseguir tocar el blues mejor que nadie, porque un cambio tan radical en su manera de tocar era inexplicable. Se dice que Johnson vendió su alma en el cruce de la autopista 61 con la 49 en Clarksdale (Missisipi). Esperó en ese cruce hasta la medianoche con su guitarra en la mano, se la entregó al diablo y, cuando éste se la devolvió, Johnson sólo tenía que deslizar su mano por el mástil de su guitarra para interpretar el mejor blues de la historia.
Además de un gran guitarrista, está considerado uno de los grandes poetas estadounidenses, mezclando en sus letras motivos sexuales, festivos, pero, sobre todo, motivos religiosos y referencias a miedos irracionales, que podrían referirse a ese supuesto pacto con Satán. Consiguió crear un universo propio de expresión y creatividad que, mezclado con una gran libertad interpretativa, hicieron de él un músico muy diferente dentro del mundo del blues.
Su leyenda empezó a crecer y la gente acudía en masa a verle tocar por todos los rincones del sur del país. Sorprendía al público con su música, hacía sonar su guitarra como si fuesen dos y su voz podía adoptar múltiples formas. Por otro lado, nunca se establecía en ningún sitio, estaba siempre como huyendo, lo que hizo acrecentar su leyenda; aunque, en realidad, a Johnson no le solía perseguir el diablo, sino maridos celosos de mujeres seducidas por el músico.
En 1936 le escuchó un promotor musical y le propuso hacer grabaciones de sus canciones. En total grabó 29 temas entre 1936 y 1937, usando su maltrecha Gibson y colocándose de cara a la pared. Esta peculiar manera de tocar para algunos fue signo de que su pacto con el diablo era verdadero y lo que pretendía Johnson es que nadie le viera sus ojos de poseído al tocar.
Johnson murió el 16 de agosto de 1938, inaugurando el club de los 27. Sobre su muerte hay varias versiones, hay quién dice que murió de sífilis, hay quién dice que de neumonía, pero la leyenda más extendida es la que dice que murió envenenado por uno de eso maridos celosos. Parece ser que el 13 de agosto, Johnson tenía que tocar en un local llamado Three Forks y tuvo la feliz idea de seducir a la mujer del dueño. Cuando éste se enteró, le ofreció a Johnson una botella de whisky abierta, que previamente había sido envenenada y éste la aceptó gustoso, desoyendo el consejo de un amigo suyo que le dijo que nunca bebiera de una botella abierta. En mitad del concierto, Johnson dejó de cantar y salió a la calle, pasándose los tres siguientes días delirando, hasta que finalmente murió.
Con leyenda o sin ella, con pacto o sin él, lo cierto es que Robert Johnson ha sido uno de los músicos más influyentes del siglo XX, ya que muchos artistas posteriores le han tomado como referencia como, por ejemplo: Bob Dylan, Jimi Hendrix, Led Zeppelin, The Rolling Stones, Queen o The White Stripes. Eric Clapton sacó un disco tributo a Robert Johnson hace relativamente poco y dijo de él: Es el más importante músico de blues que haya vivido.

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