martes, 1 de diciembre de 2015

La guerra más corta de la historia

Ya que parece una utopía imaginarse un mundo sin guerras, porque desde que existe eso que llamamos, curiosamente, "civilización", siempre han existido; al menos sería deseable que todas las guerras se parecieran a la protagonizada por Zanzíbar y el Reino Unido en 1896, la cual se estima que duró unos cuarenta minutos, aproximadamente.
Zanzíbar es una isla situada en el océano Índico, que actualmente pertenece a Tanzania. Desde 1499 fue territorio portugués, hasta que los lusos fueron expulsados en 1698, pasando la isla a manos de los sultanes de Omán. En 1858, el sultán Majid bin Said, declara la independencia de Omán, que es reconocida por los británicos en 1886.
El siglo XIX es un momento en el que, las principales potencias europeas querían tener colonias en África, y el Imperio Alemán tenía muchos intereses en el este del continente. El sultán Khalifah ibn Said reconoció a los alemanes el derecho sobre las tierras de Tanganica y a los británicos les reconoció el derecho sobre Kenia; lo que provocó un gran descontento en las clases árabes dominantes de la zona por temas comerciales, lo que causó gran inestabilidad, ya que Kalifah concedió grandes derechos comerciales a la Compañía Británica de África Oriental, que realizó un bloqueo naval, con ayuda de Alemania, para impedir el comercio interior de esclavos.
En 1890 sube al poder Alí ibn Said, el cual prohibió el comercio de esclavos y declaró a Zanzíbar protectorado británico. Nombró a un primer ministro británico para que liderara su gobierno y se le garantizó al Reino Unido el derecho de veto sobre el futuro nombramiento de sultanes. Ese mismo año también se firma el Tratado de Heligoland-Zanzíbar entre el Reino Unido y Alemania, por el cual los alemanes ceden a lso británicos los derechos sobre Zanzíbar.
En 1893 sube al poder Hamad ibn Thuwaini, sultán incómodo para los británicos, ya que está en desacuerdo con la creciente influencia del Reino Unido sobre Zanzíbar. Thuwaini falleció el 25 de agosto de 1896 de manera repentina, aunque se sospecha que lo mató su sobrino Khalid ibn Barghash, el cual se mudó al palacio de la capital sin autorización británica, lo que violaba el tratado firmado por Alí ibn Said. Lo que pretendía Khalid era gobernar Zanzíbar y acabar con el protectorado británico.
Los británicos pidieron a Khalid que abandonase el palacio, ya que ellos preferían como sultán a Hamed bin Muhammed, pero Khalid desoyó los deseos del Reino Unido y rodeó el palacio con sus tropas, autoproclamándose sultán, lo que es considerado como un acto de rebeldía por los británicos, que no reconocerán al sultán.
El 26 de agosto, el ejército británico en Zanzíbar recibe el permiso de Londres para atacar, aunque intentan de nuevo negociar con el nuevo sultán sin éxito. Así que el 27 de agosto, a las nueve de la mañana se inicia un bombardeo por parte de los británicos y una pequeña batalla naval entre el único barco zanzibarí y cinco barcos británicos. A las diez menos veinte de la mañana terminó la lucha, cuando lograron incendiar el palacio del sultán y destruir su bandera.
Como balance, 500 zanzibaríes murieron o resultaron heridos, mientras que no hubo ninguna baja entre los británicos, solamente un herido que terminaría recuperándose. Khalid logró escapar y se refugió en el consulado alemán, dónde encontró protección, ya que los alemanes se negaron a extraditarle a los británicos, debido a su condición de preso político. Aunque sí llegó un día en el que los británicos lograron capturarle, pero tuvieron que esperar hasta el año 1916, en plena Gran Guerra.
Zanzíbar por su parte siguió siendo protectorado británico hasta el año 1963, año en el que vivió unos meses de independencia, hasta que finalmente pasaron a ser territorio tanzano.

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